“Un
dulce final”
Naila Sharom Carrillo
Sifuentes.
Corría el verano del
93’ cuando en una pequeña villa llamada Jengibre se congregaba una comunidad de
pequeñas y pintorescas galletas que tenían un solo defecto y a decir verdad era
el que más les entristecía, tenían una cubierta dura de morder y por lo mismo
eran conocidos por otras comunidades como personas con un corazón sin amor. Un
día llegó a ésta pequeña villa un ser extraño y desconocido para ellos, se
llamaba Natan y era una galleta de bombón tan suave como las nubes pero al mismo tiempo tan débil que cualquier
raspón era peligroso para él, lo que provoco muchas emociones en las galletas
de Jengibre y entre ellas se encontraban el temor, la envidia y hasta el
resentimiento puesto que para ellos ser tan suave era lo mejor y lo que siempre
habían soñado. Para Natan era una gran sorpresa y alegría poder encontrarse
con éstas galletas tan diferentes a él ,
así que lo primero que hizo cuando llegó fue tratar de hacer amigos pero lo que
él no sabía era que esta misión se sería la más complicada de todas a las que
alguna vez se había enfrentado. El tiempo pasaba y Natan seguía tan solo como
cuando llegó y más triste que nunca porque poco a poco comenzaba a perder las
esperanzas de poder encontrar un amigo
con el cual convivir en esa pequeña villita, hasta que un día recibió una nota
en su puerta y en la cual le decían que alguien quería ser su amiga pero por
miedo al que dirán prefería mantenerse alejada de él pero manteniendo su
amistad por cartas, así pues, el tiempo transcurrió hasta que su amiga anónima
se atrevió a decirle su nombre y le explicó el porqué las demás galletas no
querían acercarse a él. Fue en ese momento cuando Natan comprendió con la ayuda
de su amiga Gomita lo que debía hacer para poder ganarse la amistad de todas
las galletas de la comunidad y entre los
dos idearon un plan el cual llevarían al
cabo la tarde siguiente.
El día siguiente
transcurría tan común como cualquier otro para los habitantes de Jengibre, pero
para Gomita y Natan era el día mas largo de todos porque dentro de poco estaban
seguros que cambiarían la manera de pensar de muchas galletitas. El momento
había llegado, Gomita paso casa por casa gritando que necesitaba ayuda urgente
y así, todas las galletas comenzaron a salir de sus casas alarmadas y
preocupadas por la salud de Gomita pero tan grande fue su sorpresa cuando
llegaron a la mitad de la plaza y lo único que vieron fue a Gomita parada al
lado de Natan que lo primero que hicieron fue molestarse por la amistad de
estos dos y le exigieron que se alejara de Gomita, fue en ese momento cuando
Natan comenzó a hablar pidiéndoles solo un minuto de su atención esperando
que su explicación sirviera para que
todas las galletas pudieran cambiar su forma de pensar respecto a él. Natan
comenzó a hablar y les dijo que aunque todos pensaran que ser una galleta suave
como bombón era lo mejor no era así, les
dijo que ser tan delicada a veces le ocasionaba problemas puesto que por cualquier
cosa se podía lastimar fácilmente, les explico que todos son diferentes en
todos los aspectos y no por eso deberían sentirse mal o inseguros de sí mismos,
sino que al contrario, que esas diferencias los hacía ser unos seres
únicos y especiales y que deberían de
aprender a amarse por lo que son y sobretodo respetando las diferencias de los
demás ya que eso los hacía ser mejores personas día con día. Cuando Natan
termino su discurso al principio todas las galletas se quedaron en silencio,
pero desde el fondo se empezó a oír a alguien aplaudir y todos los demás se unieron en aplausos hacia
Natan, y de unos en unos se acercaron a
él para agradecerle que les hayan abierto los ojos y para pedirle perdón por la
forma en que lo habían tratado.
Y fue así que Natan
logró lo que nunca nadie mas había logrado, hacer respetar las diferencias en
las galletitas y unir a toda la comunidad de Jengibre.
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