viernes, 22 de noviembre de 2013

Una familia fuera de serie

Había una vez, en una noche de luna llena un viejito paseando por el pantano, el vivía cerca del bosque y le gustaba salir por las noches a buscar hongos para alimentar a su mascota, un pequeño cocodrilo que tenía ya hace tiempo, además disfrutaba escuchar los ruidos nocturnos que hacia los animales que habitaban en el bosque, el sonido del viento y el que emitían las ramas de los arboles al ser movidas por el aire.
Mientras hacia su recorrido de siempre sintió que alguien lo miraba, comenzó a ponerse nervioso, a sentir miedo, no sabía quién lo observaba pero tenía pánico de ser atacado en cualquier momento.
Empezó a caminar cada vez más rápido, hasta que escuchó pasos detrás de él, ahora sentía más miedo que nunca, no quiso mirar atrás,  el terror lo invadía, cuando menos lo espero un enorme cocodrilo enfadado estaba frente a él, el viejito al mirarlo así sintió que moriría en ese instante, pero no fue así, el cocodrilo le pidió ayuda porque una malvada bruja lo seguía para matarlo y usar su piel para hacerse unas botas y darle su carne a un gato negro que tenia, al cual quería más que a su vida.
El viejito se sintió conmovido y decidió llevarse el cocodrilo enorme a casa para que conviviera con el pequeño cocodrilo que tenia de mascota. Durante el camino a casa, el cocodrilo hizo una pausa para descansar, cuando de pronto un gato negro le saltó encima atacándolo, el cocodrilo sorprendido y molesto tomo al gato negro entre sus manos, a los pocos segundos llegó la bruja y sintió una enorme angustia con solo pensar que su gato pudiera morir y le dijo al cocodrilo enorme que si dejaba en libertad a su gato nunca le volvería a molestar ni a él ni a nadie. El cocodrilo enorme dudo un poco, pero termino accediendo sabiendo que jamás ni un animal del bosque seria molestado por la bruja malvada.
Cuando el cocodrilo enorme y el viejito llegaron a casa y ambos cocodrilos se conocieron, se reconocieron dándose cuenta que eran padre e hijo, que años atrás se habían separado porque los cazadores los querían matar para hacer de ellos alimento y botas.
El encuentro fue muy conmovedor, los dos le agradecieron al viejito por salvarles la vida y le hicieron la promesa de que siempre lo protegerían de cualquier peligro al que estuviera expuesto.

Y así fue como el viejito y los cocodrilos formaron una familia, extraña para los demás, pero eso a ellos no les interesaba, vivían contentos porque existía el respeto y el amor entre los tres, y vivieron felices por siempre.

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