Mimí se corta el cabello
Esther
Alicia De León Apilcueta
Con la colaboración de Carillo Sifuentes y la de Barraza Silva
Con la colaboración de Carillo Sifuentes y la de Barraza Silva
Un
día después de llegar de la escuela Mimí se cambió de ropa para salir a comer
con su abuelita y al quererse soltar el cabello algo pasó: quitándose la liga
se le había hecho un gran nudo. Desesperada, tuvo un pensamiento que la
entristeció.
Mimí
fue a la estética y le dijo a la estilista “¡Corte a rapa por favor!”. La chica
estaba jugando; lo que no se esperaba es que la persona que le atendía le
hiciera caso… ¡si todos sabían que Mimí amaba su pelo largo, sedoso y ondulado!
¡Qué desgracia!
Al
día siguiente la gente señalaba a Mimí en la escuela. Aquella mañana, en
matemáticas, José pensaba confesársele… al verla cambió de opinión. Decepcionado,
decidió que se iría a vivir a Japón, lejos de todo (claro que no lo hizo, si
bien lo intentó, a diferencia de la estilista, en el aeropuerto no le hicieron
caso).
Cuando
Erick, hermano de Mimí, la vio con el cabello corto comenzó a regañarla creyendo
que se trataba de una más de sus travesuras. Después de rato que la situación
se aclarara, Erick le propuso a su hermanita que ahorrara para comprarse algo
qué usar en su cabeza. Porque no iba a seguir yendo con la calva a la escuela
¿cierto?
Mimí
comenzó a juntar para comprarse unas extensiones de cabello natural, pero al
cabo de un mes no consiguió más que 100 pesos, así que se vio en la penosa
necesidad de ir a Sal si puedes. Suspiró. ¡Bueno Mimí, al menos tendrás cabello
de nuevo! Aunque se comprara una peluca “chafa” Mimí estaba feliz porque tenía
cabello otra vez.
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