martes, 29 de octubre de 2013

Cuento colaborativo "Rosa y el duende"


Rosa y el duende verde

Érase una vez una niña llamada Rosa que tenía todo lo que deseaba, era sólo hablar con sus papás o hacer un berrinche para que le dieran lo que ella quería. Un día ella le dijo a sus papás que quería un duende que hablaba que anunciaba mucho la televisión, sus papás sin dudarlo se lo compraron, aunque les parecía algo feo.

Una noche se encontraba Rosa jugando con su duende, pero le pareció que era aburrido y decidió aventarlo cuando de pronto escucha una voz que le dice : “ Tu eres tonta”, en ese momento Rosa se espantó mucho pero pensó que era sólo parte de lo que decía su juguete.

A la mañana siguiente Rosa despertó y encontró todas las muñecas pintadas de verde, por lo que sus papás la regañaron, ella lloraba y decía que ella no había sido, sin embargo nadie le creyó. Rosa estaba triste porque sus papás le habían dicho que ya no le iban a comprar juguetes, inmediatamente pensó en el duende y decidió tirarlo a la basura.

 En la mañana siguiente encontró el duende en su cama y los peluches sin ningún relleno, inmediatamente aventó el duende. Cuando bajó a desayunar sus papás estaban muy molestos  y sorprendidos pues no sabían porque actuaba de esa manera Rosa y decidieron tratarla con un neurólogo que les dijo que padecía de esquizofrenia y se tenía que tratar.

Rosa gritaba como loca que ella no había sido y subió a su cuarto tirándose en su cama cuando de repente escuchó pasos debajo de su cama, al agacharse se le apareció el duende maldito y le dijo “Verde yo seré y tu loca siempre serás” Rosa grito fuerte tan fuerte que sus papás corrieron a su cuarto. Al entrar encontraron a Rosa en una esquina temblando y gritando que el duende la había atacado. Sus papás lloraban porque no sabían que hacer. Rosa tomó el duende y lo comenzó a romper, pero cada vez que lo hacía le salían cortadas en la parte que rompía del duende.

En la noche los papás decidieron meterla a un centro psiquiátrico, donde Rosa cada mañana amanece con el duende cocido al lado quien le habla cuando nadie lo ve.

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