La hoguera donde arde una pasión de amor
Julio Cortázar
Fue el primero en acusarme de que
lo había traicionado
Sin pruebas y quizá doliéndole, pero había los que aun creían en mi
Y se sabe en un pueblo perdido entre tanta gente mentirosa
El tiempo pesa inmóvil y sólo cada segundo cuenta
Gentes que viven de telarañas, de lentas y malas situaciones cada día
Acaso tienen corazón pero cuando hablan es envidia y mentiras
¿De qué podía acusarme si solamente habíamos entrado a un lugar que tanto anhelábamos
Imposible que el mero despecho, después de aquella seria platica que tuvimos
(Tal vez la luna llena, la noche en que me llevó hasta la cima de la montaña
Morder en el amor no es tan extraño cuando se ha ama de verdad
Yo había gemido, sí, y en algún momento pude disimularlo muy bien
Después no hablamos de eso, él parecía orgulloso de lo que había logrado hacer
Siempre parecen orgullosos si gemimos, pero entonces se decepcionan cuando se dan cuenta de que no es así
¿Qué memoria diferente tendrá el odio que sigue al amor de las personas que se aman
Porque en esas noches nos queríamos más que si fuéramos recién casados
Bajo la luna en las arenas enredados y oliendo a flores de campo en plena primavera
(Lo habré mordido, sí, morder en el amor no es tan doloroso como todos creen
Nunca me dijo nada, sólo atento a todo lo que yo decía
Me perfumaba los senos con las yerbas que mi madre había plantado en el jardín
Y él, la alegría del tabaco en la barba, y tanta emoción que se le veía en el brillo de sus ojos
Nunca llovió cuando bajábamos al río, pero a veces las nubes grises y los truenos nos atormentaban
Un pañuelo blanco y negro, me lo pasaba despacio mientras yo descansaba en el sillón
Nos llamábamos con nombres de animales dulces, de árboles que echan frutos desabridos
No había fin para ese interminable comienzo de cada noche estrellada
(Lo habré mordido mientras él clavado en mí me abrazaba fuertemente
Sin pruebas y quizá doliéndole, pero había los que aun creían en mi
Y se sabe en un pueblo perdido entre tanta gente mentirosa
El tiempo pesa inmóvil y sólo cada segundo cuenta
Gentes que viven de telarañas, de lentas y malas situaciones cada día
Acaso tienen corazón pero cuando hablan es envidia y mentiras
¿De qué podía acusarme si solamente habíamos entrado a un lugar que tanto anhelábamos
Imposible que el mero despecho, después de aquella seria platica que tuvimos
(Tal vez la luna llena, la noche en que me llevó hasta la cima de la montaña
Morder en el amor no es tan extraño cuando se ha ama de verdad
Yo había gemido, sí, y en algún momento pude disimularlo muy bien
Después no hablamos de eso, él parecía orgulloso de lo que había logrado hacer
Siempre parecen orgullosos si gemimos, pero entonces se decepcionan cuando se dan cuenta de que no es así
¿Qué memoria diferente tendrá el odio que sigue al amor de las personas que se aman
Porque en esas noches nos queríamos más que si fuéramos recién casados
Bajo la luna en las arenas enredados y oliendo a flores de campo en plena primavera
(Lo habré mordido, sí, morder en el amor no es tan doloroso como todos creen
Nunca me dijo nada, sólo atento a todo lo que yo decía
Me perfumaba los senos con las yerbas que mi madre había plantado en el jardín
Y él, la alegría del tabaco en la barba, y tanta emoción que se le veía en el brillo de sus ojos
Nunca llovió cuando bajábamos al río, pero a veces las nubes grises y los truenos nos atormentaban
Un pañuelo blanco y negro, me lo pasaba despacio mientras yo descansaba en el sillón
Nos llamábamos con nombres de animales dulces, de árboles que echan frutos desabridos
No había fin para ese interminable comienzo de cada noche estrellada
(Lo habré mordido mientras él clavado en mí me abrazaba fuertemente
Siempre en algún momento se mezclaban nuestras
voces si intentábamos
decirnos nuestro amor
Podría haber durado como el cielo verde y duro encima de mis manos que temblaban demasiado
¿Por qué, si abrazados sosteníamos el mundo contra toda la gente indeseable?
Hasta una noche, lo recuerdo como un clavo en la boca, en que sentí cuando sentí aquel desprecio
Podría haber durado como el cielo verde y duro encima de mis manos que temblaban demasiado
¿Por qué, si abrazados sosteníamos el mundo contra toda la gente indeseable?
Hasta una noche, lo recuerdo como un clavo en la boca, en que sentí cuando sentí aquel desprecio
Oh la luna en su cara, esa muerta caricia sobre una
piel que antes era tan
suave
¿Por qué se tambaleaba, por qué su cuerpo se vencía como sí me estuviese ocultando algo grave?
-¿Estás enfermo? Tiéndete al abrigo, deja que te cubra, porque hace demasiado frio.
Lo sentía temblar como de miedo o bruma y cuando me miró fijamente a los ojos
Mis manos lo tejían otra vez buscando ese latido, ese tambor caliente y al final lo tuve conmigo
Hasta el alba fui sombra fiel, y esperé que de nuevo que se sintiera mejor
¿Por qué se tambaleaba, por qué su cuerpo se vencía como sí me estuviese ocultando algo grave?
-¿Estás enfermo? Tiéndete al abrigo, deja que te cubra, porque hace demasiado frio.
Lo sentía temblar como de miedo o bruma y cuando me miró fijamente a los ojos
Mis manos lo tejían otra vez buscando ese latido, ese tambor caliente y al final lo tuve conmigo
Hasta el alba fui sombra fiel, y esperé que de nuevo que se sintiera mejor
Pero vino otra luna y nos tocamos y comprendí que
ya no era el mismo
tierno de hace tiempo
Y él temblaba de cólera y me arrancó la blusa como un loco desesperado
Lo ayudé, fui su perra, lamí el látigo esperando que respondiera dela misma forma
Mentí el grito y el llanto como si de verdad su carne me hubiera causado una gran emoción
(No lo mordí ya más pero gemía y suplicaba para darle la última mordida que lo dejaría marcado para siempre
Pudo creer todavía, se alzó con la sonrisa del comienzo, cuando le pedí que nunca me soltara
Pero en la despedida tropezó y lo ví volverse, todo mueca y lastimado por el golpe
Sola en mi casa esperé abrazada a mis rodillas hasta que lo vi entrara por la puerta
El primero en acusarme fue él, haciendo como si nada hubiera pasado
(Lo habré mordido, morder en el amor no es tan cruel cuando se ama con locura y pasión
Ahora ya sé que cuando llegue la mañana en que me todos me señalen
Le faltará valor para acercar la antorcha a la hoguera
Y él temblaba de cólera y me arrancó la blusa como un loco desesperado
Lo ayudé, fui su perra, lamí el látigo esperando que respondiera dela misma forma
Mentí el grito y el llanto como si de verdad su carne me hubiera causado una gran emoción
(No lo mordí ya más pero gemía y suplicaba para darle la última mordida que lo dejaría marcado para siempre
Pudo creer todavía, se alzó con la sonrisa del comienzo, cuando le pedí que nunca me soltara
Pero en la despedida tropezó y lo ví volverse, todo mueca y lastimado por el golpe
Sola en mi casa esperé abrazada a mis rodillas hasta que lo vi entrara por la puerta
El primero en acusarme fue él, haciendo como si nada hubiera pasado
(Lo habré mordido, morder en el amor no es tan cruel cuando se ama con locura y pasión
Ahora ya sé que cuando llegue la mañana en que me todos me señalen
Le faltará valor para acercar la antorcha a la hoguera
Lo hará otro por él mientras desde su casa se
lamenta por lo que hizo
La ventana entornada que da sobre la plaza donde nos vimos por primera vez
Miraré hasta el final esa ventana mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas al recordar lo que viví con el
Lo morderé hasta el fin, morder en el amor no es tan inhumano cunado se quiere de verdad.
La ventana entornada que da sobre la plaza donde nos vimos por primera vez
Miraré hasta el final esa ventana mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas al recordar lo que viví con el
Lo morderé hasta el fin, morder en el amor no es tan inhumano cunado se quiere de verdad.
Ya no quedan
esperanzas de pasar un
momento en el living
Julio Cortázar -
Argentina
El living de casa es muy grande, pero de ahí a pensar que Roberto quería comprar una enorme sala de piel
Hay pocos muebles y eso deja mucho espacio para moverse cuando los
parientes y los amigos vienen a tomar una copa de vino en
vacaciones
Yo en el sillón al lado de la lámpara y mi mujer casi siempre en la
silla baja cerca de la
ventana que tiene vista al lago
Mesas no hay más que una, larga y angosta, que usamos para comer todas las tardes
Se puede circular cómodamente, mirar los estantes de la biblioteca
y sentarse en la banqueta adosada a la pared donde
está la chimenea.
Creo que Roberto iba precisamente a sentarse cuando en mitad del
living recordó que debía hacer una llamada
muy importante
Serían las veintidós o las veintidós y diez, Pablo y los Mounier
dicen una cosa y mi mujer
no está de acuerdo con ellos y los
contradice.
Serían las veintidós y cinco para no ponerse de acuerdo
Lo que importa es que precisamente en ese momento Roberto iba a
decirle algo a la señora de Cinamomo, como si estuviera
muy enfadado
Había sacado un cigarrillo y se lo estaba poniendo en la boca
cuando encalló y se dio cuenta de que algo grave había pasado
Todos oímos el golpe y mi mujer levantó la vista del tejido y miró
a Roberto como si no pudiera creer lo que había pasado en
ese justo momento
Los Mounier que estaban sentados en el suelo cerca de la chimenea se levantaron rápidamente
Yo que tenía en la mano la copa de vino
tinto que me había servido hace 3 minutos
Un golpe sordo y Roberto encallado y mirándose los pies como si
fuera algo tan sorprendente y fantasioso
Mi mujer siempre había dicho que ahí en el medio del living podía estar a salvo
Pablo no, Pablo estaba seguro de que nunca debía pasar cerca de la chimenea por que se podía quemar
Por mi parte no me gusta meterme, aunque debo decir que Roberto
hubiera podido muy bien rodear y no pasar
ahí
Reconozco con todo que sin previo aviso es comprensible que un
hombre diga mentiras cuando pelea con una mujer
Debía ser muy raro con el cigarrillo en la boca, porque se lo sacó
y lo sostuvo entre dos dedos mientras pensaba
que hacer
La señora de Cinamomo no parecía haber encontrado nada más
inteligente que hacer señas con sus manos
Los Mounier desde el suelo podían ver mejor y cambiaban impresiones
en voz rara y misteriosa
Parecía ser el pie izquierdo porque Roberto se echaba hacia atrás
apoyándose en la mesa angosta que se
encontraba a sus costado
-Habría que ir -dijo mi mujer después de un largo bostezo
-Esperá un poco si -aconsejé yo que por principio no estaba de acuerdo
A veces todo parece tan grave y al final resulta muy sencillo
-Quién sabe la profundidad que puede haber en esa parte del problema tan simple -dijo Pablo, como si
todos nosotros no encontráramos solución
A mí siempre me ha fascinado la palabra toesas, desde que era muy pequeño mi padre la mencionaba
-Tire el cigarrillo, porque el
humo causa dolor de cabeza -sugirieron los Mounier
mostrando un gesto desagradable
Y también balizas, escollera, bajamar, galerna, mesana y una lancha
Probablemente por miedo a un incendio que no haría más que agravar la situación
No eran todavía las diez y media y Roberto podía confiar en que no llegaría tarde a casa
Pero a nadie se le iba a ocurrir acercársele con la bandeja del
café, máxime cuando ya estuviera preparado y
listo para beberse
-Fragor, como si -dijo Pablo, que de todos modos era el menos indicado en opinar
Desde donde estaban, los Mounier podían juzgar el avance de la solución del problema
Yo creo que gritó una o dos veces, pero en esos casos es difícil que
alguien lo escuchará
-Habría que echarle un cabo -dije yo que en esos casos- o tal vez
si la alcanzáramos el mango de una vasija
llena de agua
Parece tan simple, pero en un living pasan cosas magnificas
-Cualquier cosa para -dijo la señora de Cinamomo, mientras - porque
lo importante es hacer algo a fin de que solucione
el problema
Dijo eso, exactamente, como si nosotros no quisiéramos acompañarla
Ya para entonces los Mounier estaban seguros de que los dos pies estaban lastimados
-No creo que funcionen, se ve que -dijo Pablo, que de todos nosotros
era el más inteligente y astuto
Pensé que hablaba de las bombas de achicar, porque en efecto la situación cada vez se hacía mas complicada
Al final se había decidido a tirar el cigarrillo, probablemente
para poder darle gusto a la visita
Se lo veía como un bastoncillo blanco que oscilaba y brillaba en la oscuridad
En esos casos se piensa en una gaviota, nunca en el alción que es enorme
y no vuela tan alto
-Si ha tenido tiempo de transmitir la latitud a -dijo Pablo, como
si tuviéramos tiempo para hacerlo
Yo pensaba en dos palabras: mensaje inalámbrico, que en estos
tiempos ya no se pueden evitar
A mi mujer le parecía que las rodillas se le habían doblado
A mí también, pero para qué alarmar cuando todavía no ha sucedido
Tal vez telefoneando, pero si había que explicar que todos estábamos bien
A los Mounier se les había ocurrido alcanzarle una silla aunque
debía parecerles un poco extraño hacer eso
Con los Mounier nos conocíamos, pero no había tanta confianza como
para ordenarles lo que debían hacer
-Le llega a la cintura, y eso que -dijo Pablo, con esa manera de expresarse tan franco
Mi mujer clavó las agujas en el ovillo y me miró, tal vez para que
yo le ayudara
No era tan fácil, en primer lugar había que comprender las causas por las que esto estaba pasando
Todos disimulábamos para no afligir más a Roberto, aunque esto fue en vano, pues él ya lo sabía todo
Además no era cosa de que escuchara la sirvienta, porque ya se sabe
que los de fuera no pueden decir nada que no
sea de su incumbencia
Desgraciadamente los aullidos eran cada vez más fuertes y escandalosos
-Son los albatros, me acuerdo de una vez en -decía la señora de Cinamomo y señalaba hacia
la ventana de la parte delantera
Unos de los Mounier empezaron a hacer movimientos natatorios sin
darse cuenta de que no estaba haciendo lo
correcto
El otro, más consciente de lo que estaba pasando,
no se alarmaba tanto
Yo aprecié el gesto, porque en una casa de gente educada se
evitan ese tipo de situaciones
-Uno se pregunta si no valdría más que de una vez por todas -dijo
mi mujer mirando a todos los que estaban
presentes
Expresaba el sentimiento unánime de atender
a la situación como se debía actuar
Pablo fue a cerrar mejor la ventana y las puertas, porque si no podía entrar la lluvia
Aunque se notaba que cada vez llovía
menos
La palabra sería borborigmo estruendoso
cada vez que alguien escuche algo sospechoso
No es una bella palabra, aunque la sinceridad obliga a una respuesta lógica
-Se diría una medusa que empieza a -murmuró la señora de Cinamomo
que siempre decía cosas incoherentes
Un poco, sí, porque el pelo parecía haber
cobrado vida
Como finísimos dedos abriéndose y cerrándose con fuerza extrema y demasiado rápido
Mi mujer salió llevando la taza de café sobrante, y a todos nos
pareció un gesto de amabilidad
Son esos gestos que uno agradece sin palabras, porque son
inesperados
Al fin y al cabo en una casa como la nuestra en que esos modales siempre pasan
Nadie podrá decir que no se hace lo posible para estar
siempre bien con las personas
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