jueves, 31 de octubre de 2013

PRIMER CUENTO

El delicioso encuentro de Elisa
Había una vez en lo alto de una montaña una anciana muy amable y carismática de nombre Carlota, solía ayudar a la gente siempre que lo necesitaran y era muy conocida por preparar deliciosos pasteles que compartía con los vecinos y sobre todo con su hermosa nieta Elisa, quien por vivir siempre rodeada de la naturaleza había aprendido a cuidarla y poseía un don para comunicarse con los animalitos de la montaña y de un bosque que se encontraba a los pies de esta.
Una mañana de invierno, en la que el frio azotaba con gran intensidad, Carlota decidió ir al bosque a buscar leña para calentar el hogar, en el camino la anciana tropezó con una roca y rodo hasta caer en el bosque donde quedó desmayada.
Pasaron cerca de 5 horas, y Elisa preocupada porque su abuelita no llegaba, tomó su abrigo, un gran trozo de pastel  y salió a buscarla, caminó kilómetros y kilómetros  en el bosque y no había rastro de su abuela, la noche cayó y la niña quedó atrapada en el bosque que solo era iluminado  por la hermosa luna llena, por lo tanto no le quedó más remedio que  refugiarse entre unos árboles, donde no se diò cuenta que vivían una familia de tres osos, y ahí pasó la noche.
Al amanecer unas personas que se dirigían a la montaña  encontraron a Carlota y la ayudaron a regresar a casa. Mientras tanto Elisa despertaba muy  sorprendida en el bosque al ver que una familia de osos le hacían compañía. La anciana se dio cuenta que su nieta no estaba en la casa, salió corriendo, gritando y llorando, al escuchar tremendo escándalo los vecinos le preguntaron qué pasaba, - Elisa no está, seguramente ayer al ver que no llegaba salió a buscarme- dijo Carlota, los vecinos y la abuelita decidieron emprender una búsqueda, todos estaban preocupados por la desaparición de la niña, unos lo hicieron en la montaña y el resto en el bosque; caminaron horas y horas con la esperanza de encontrar a la niña, en la búsqueda del bosque , José, uno de los vecinos recogió un trozo de pastel, lo probó y rápidamente reconoció el peculiar sabor –es un pastel de los de Carlota, Elisa debe estar cerca- dijo José, siguió caminando y recogiendo más cachitos de pastel que seguramente se le tiraron a Elisa mientras caminaba, así siguió hasta que pudo ver a lo lejos a la niña con unos osos, José muy  asustado, llamó de un grito a Carlota quien atendió al llamado, al irse acercando vieron que los osos estaban cuidando de la niña y conviviendo de manera armoniosa; sin embargo cuando José y Carlota trataron de tomar a la niña los osos impidieron que esto pasara, porque pensaban que le harían daño, en ese momento Elisa utilizó su don y se comunicó con los animales, explicándoles que se trataba de su abuela y de su buen vecino José, les prometió que estaría bien con ellos y que tenía que regresar a su casa en la montaña. 
A los osos les costó mucho trabajo aceptar esto, ya que la habían tomado un gran cariño a la niña y se habían fascinado con el delicioso sabor del pastel que la niña les dio a probar,  Elisa tuvo que regresar a casa con su abuela. Papá oso, mama osa y el bebé osito decidieron irse a vivir a la montaña para estar en contacto con la niña, por lo tanto Carlota  como agradecimiento de que los osos habían cuidad muy bien de su nieta, muy seguido los invitaba a su casa a tomar una taza caliente de chocolate y un delicioso trozo de pastel, de esta manera todos vivieron muy felices en la montaña. FIN

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