jueves, 31 de octubre de 2013

Cuento individual

La aventura de Liro

Estefanía Díaz Rivera

Había una vez una criatura muy bonita y pequeña que vivía en un hermoso bosque. Este precioso animal se llamaba Liro y pasaba sus días al lado de Hyrum, su dueño. Ellos no tenían contacto con otras personas, no salían del bosque. Ocasionalmente Hyrum iba a la ciudad pero siempre le avisaba a Liro.
Una noche, mientras Liro dormía, Hyrum desapareció. Cuando Liro despertó y se dio cuenta de su ausencia d se asusto mucho y corrió por todo el bosque buscándolo.
Hyrum le había advertido a Liro que no debía salir del bosque, pero Liro estaba tan preocupado que lo desobedeció.
Corrió y corrió por una senda rumbo a la ciudad. Después de un tiempo se canso y se detuvo. Su cara se lleno de espanto cuando no pudo ver el bosque: fue tanto lo que corrió que lo perdió de vista.
Triste y muy agotado, decidió descansar en la orilla del camino. Al poco tiempo se quedo profundamente dormido. Pasaron varias horas y un fuerte estruendo lo despertó; no podía creer lo que estaba pasando: estaba encarcelado junto con un chico muy rudo. El chico trataba por todos los medios posibles de escapar de la celda sin obtener buenos resultados.
Los dos se sentaron sobre el piso al ver que no había forma de salir. El chico de nombre Ethel comenzó a platicarle a Liro porque estaba ahí y le dijo que no tenía ningún hogar al cual volver.
Liro estaba tan triste por la historia de Ethel que comenzó a llorar. Su llanto llegó tan lejos que los animales del bosque lloraron junto con él.
Al amanecer, entró de la nada Hyrum a la celda; estaba sucio y tenia unas ojeras que delataban la falta de sueño, seguramente se la paso toda la noche buscándolo. Abrazó a Liro y le pidió perdón por dejarlo solo: “Quería sorprenderte en tu cumpleaños, por eso salí por la noche para comprar las cosas para tu fiesta”, le decía Hyrum mientras lo revisaba.
Liro se sintió tan apenado que prometió no volver a salir del bosque sin Hyrum y le contó la historia de Ethel. Hyrum, conmovido, le ayudó a salir de ahí y juntos caminaron de regreso a su casa en el bosque.

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